UNA MIRADA POSIBLE. UN LAZO
ENTRE EL PSICOANÁLISIS Y EL ARTE
A POSSIBLE LOOK: A LINK BETWEEN
PSYCHOANALYSIS AND ART
UM OLHAR POSSÍVEL. UM LAÇO ENTRE
A PSICANÁLISE E A ARTE
María Cecilia Romero Sállez
Asociación Psicoanalítica del Uruguay
Montevideo, Uruguay
Correo electrónico: mcecilia_r@yahoo.com
ORCID: 0009-0005-7812-3953
Recibido: 19/7/2023
Aceptado: 8/9/2023
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 4
(2), julio-diciembre 2023, pp. 97-106.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/4.2.6
Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo
ROMERO SÁLLEZ, M. C. (2023). Una mirada posible. Un lazo entre el psicoanálisis y el
arte.
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 4
(2), 97-106.
DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/4.2.6
Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0)
Resumen
Este artículo convoca a establecer vínculos entre el arte y el psicoanálisis, a buscar
lazos que de una u otra forma hagan pensar en los afectos y lo que provoca en cada ser
humano transitar los senderos de la vida misma; muchos quedarán abiertos, otros sin
cauce. Estos senderos podrán formar parte del camino vital si acercamos algo de lo que
es la creación en el arte; un hacer que es, por momentos, turbulento y caótico y, por
otros, un nacimiento posible.
Palabras clave: arte, psicoanálisis, sujeto, vínculo.
Abstract
This article aims to establish links between art and psychoanalysis, to seek ties
that in one way or another make us think about emotions and what it provokes in
each human being to traverse the paths of life; many will remain open, others without
a course. These paths can be part of a life journey if we bring something of what
creation is in art; a process that can be, at times, turbulent and chaotic, and at other
times, a possible birth.
Keywords: art, psychoanalysis, subject, link.
Resumo
Este artigo propõe estabelecer vínculos entre a arte e a psicanálise, buscando
laços que, de uma forma ou de outra, levem a pensar sobre os afetos e o que eles
provocam em cada ser humano ao percorrer os caminhos da própria vida; muitos
permanecerão abertos, outros sem rumo definido. Esses caminhos podem se tornar
parte do percurso vital se aproximarmos algo da criação na arte; um fazer que é, em
alguns momentos, turbulento e caótico e, em outros, um nascimento possível.
Palavras-chave: arte, psicanálise, sujeito, vínculo.
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EL HUMANO COMO PUNTO DE PARTIDA
Se escribe para dejar testimonio de la vida, para intentar apre-
sar el instante, luchar contra la fugacidad todo suceso, para no
sentirse informe. Pero ese intento puede invertirse. Puede con-
ducir a escribir para sentir que está vivo.
Carlos Liscano (2016, p. 171)
La mente ama lo desconocido. Le encanta lo desconocido cuyo
significado se desconoce, ya que el significado de la propia
mente es desconocido.
René Magritte (2018, s. p.).
En 1963, durante unas vacaciones compartidas entre el psiquiatra
Medard y el filósofo Heidegger, Boss le pregunta a Heidegger sobre la
esencia del ser humano y sobre la relación que este último establece con
los demás (Ordine, 2013). Aparece, casi de inmediato, el vínculo del ser
humano con un otro y la necesidad de este como punto de partida, y, así,
la posibilidad de encontrar lazos que nos hagan comprender el mundo y
a los demás.
Resulta un desafío establecer una mirada desde dos posturas que pa-
recen diferentes: la del psicoanalista y la del artista. Del texto recibido
en la invitación para realizar este escrito, elegí dos palabras clave que re-
sonaron en mí: subjetividad y reconocimiento, extensas y profundas como
los conceptos en sí. Se dice de ellas que aparecen ligadas al ser humano
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en tanto y en cuanto advierten de una unidad que abarca una inmensa
cantidad de conceptos en sí misma.
Subjetividad. 1. Por «oposición» a objetivo; a lo que se refiere al sujeto
que piensa, siente, etc., y no a lo exterior de la mente de él. 2. Personal,
se dice que lo que apela al sujeto y no es igual para todos. Se aplica por
oposición a imparcial, a los juicios, apreciaciones en que influyen la ma-
nera de ser o los sentimientos del que lo hace, así como a las personas
cuyos juicios y apreciaciones es así. (Moliner, 1986, p. 1216)
Reconocimiento. Acción de reconocer. *Agradecimiento. (Moliner,
1986, p. 957)
Acerquémonos, entonces, a poder encontrar a un sujeto que se re-
conozca como tal, inmerso en un mundo que va hacia la globalización, y
que tiene que luchar para tener la posibilidad de expresarse como un ser
único. ¿Qué es ser sujeto hoy, en este mundo cambiante, conflictivo y por
momentos poco confiable como la humanidad misma? ¿Qué es lo que
realmente humaniza y da estatus de tal?
Hace un tiempo, y en diálogo con colegas del ámbito artístico, discu-
tíamos acerca de qué era lo que realmente hacía a lo humano o se reco-
nocía como tal en una obra de arte. Si dos o tres artistas crean a partir de
un mismo objetivo, sabremos que tendrá matices diferentes, pero ¿cómo
reconocerlo? Ya sea en la pintura, el grabado, la escritura… No llegamos
a un acuerdo, pero lo que rescatamos es que en el hacer había una infi-
nidad de procesos mentales que armaban la cosa artística: el deseo, el
objeto material, el sufrimiento, la transformación y un trabajo terminado.
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María Cecilia Romero Sállez
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HOY, ENTRE LA GLOBALIZACIÓN,
LO INDIVIDUAL Y EL ARTE
Lo subjetivo, individual y único se sigue presentando a pesar de es-
tar en un mundo casi globalizado, invadido por dispositivos electrónicos,
donde el arte no es ajeno, sino que se adhiere y convoca a las masas. No
hay más que ver el llamado arte inmersivo que, tal como indica su nombre,
permite la inmersión del espectador en la obra de arte. De este modo,
no solo se mira la obra, sino que se pasa a formar parte de ella. Todos
los sentidos, y casi de manera abusiva, son invadidos por pantallas, so-
nidos y una inmensidad de otros estímulos que pueden llegar a resultar
abrumadores.
Las nociones de espacio, tiempo y deseo juegan un rol importante. El
tiempo del pensamiento, de poder reconocer lo que sentimos, pensamos
y nos pasa, es un trabajo interno delicado, sutil. La posibilidad de hacer
cambios necesita de un proceso que nos haga pensar en el crecimiento
y desarrollo de nosotros y de la vida, así como una obra de arte necesita
ser elaborada y, luego, decantar para que se torne materia. Mientras el
artista compone, va transformando algo de lo real afuera y adentro. Este
tránsito dará lugar, en el mejor de los casos, a un enriquecimiento y una
unificación de aspectos personales que pueden no estar muy ligados, que
hablan de aspectos pulsionales y de cómo van circulando en el proceso
de creación. ¿Qué hay de las defensas que se ponen en juego y de los
desbordes a los que nos vemos enfrentados?
Dentro del psicoanálisis, hay autores que trabajan lo creativo como un
logro propio del atravesamiento transicional (Winnicott, 1979). El juego y
la creación son concebidos como derivados de ese período. Maslow (apud
Tulián, 2010) sugiere que la creatividad se relaciona con la independencia,
el inconformismo y la no aceptación del constreñimiento y las restriccio-
nes impuestas por los otros, y que es capaz de experimentar la libertad.
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LO PROVISORIO, LO EFÍMERO, LAS HUELLAS.
EL SUJETO
En la zona de la experiencia creativa, en el arte y el psicoanálisis, se
transita por caminos de soledad, sufrimiento, placer y dolor. Estos ca-
minos son sinuosos, largos, por el tiempo empleado y sus avatares. Con
intenso malestar y a veces desasosiego, la búsqueda tiene sus tropiezos
en un mundo que respira, la mayoría de las veces, a velocidad de vértigo;
donde los seres humanos nos sentimos exigidos por la tecnología, los
cambios bruscos, una sexualidad ausente o desenfrenada y por nuevos,
revolucionarios y prometedores tratamientos para resistir la vejez. La ju-
ventud se exalta y al mismo tiempo se ataca con ilusorias propuestas en
las que puede ser posible.
El placer está en ese camino, pero mayormente se ve envuelto en un
torbellino que coloca un signo negativo, donde lo ominoso puede poblar
de velos nuestro tiempo. La fragilidad del sujeto cobra más textura si no
se puede detener en alguna medida, con nuestro pensamiento. La subje-
tividad es atacada, fragmentada.
Aquí recuerdo que el psicoanalista inglés Bion (2013) habla del pen-
sar y dice que no es un acto cognitivo, sino que implica el trabajo de dar
sentido y significado a la experiencia emocional, y que para ello hay que
poder tolerar la frustración y soportar de alguna manera el dolor mental.
Entonces, las primeras experiencias vitales del ser humano, según cómo
se hayan sucedido, darán cuenta y serán fundamentales para poder enla-
zar, armar nuevas y enriquecedoras experiencias vitales.
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BÚSQUEDA DE RECONOCIMIENTO Y SUBJETIVIDAD
El hacer en el arte busca enlazar afectos, rupturas, caminos tortuosos
a través de una materialidad concreta que nos abre un sendero que no
siempre será una brecha posible para una transformación. Así sucede
también en el psicoanálisis: camino con tropiezos y oscuridades hacia
una búsqueda de respuestas posibles. Al final, ambos nos convocan a
bucear en nuestras profundidades para poder, sin saberlo tal vez, trans-
formar algo de nuestras miradas, de nuestros vínculos anclados en un
abismo, que pueda encontrar una circulación más vital de nuestro pasado
con un presente y hacia un futuro más auspicioso.
Intentemos adentrarnos en algunos aspectos del arte: ¿qué ve el arte?,
¿para qué sirve? Me detengo a mirar una obra, a leer, a escribir, aunque
lo haga en un dispositivo electrónico; tengo la posibilidad de detenerme y
pensar: ¿qué hago?, ¿qué quiero? Difícil momento, ya que esa actitud me
lleva a desacelerar mi tiempo, observar y, así, ver qué me provoca ese otro
que hizo algo que me interesa o me resulta impactante o mueve algo que no
esperaba o tal vez lo rechace. Pero el otro está y genera en mí la posibilidad
del encuentro, de ser mirado a través, de ser reconocido como ser sujeto.
En las diferentes civilizaciones, el arte ha sido objeto de la expresión,
del hacer, del plasmar el sentir de los pueblos al representar momentos
fermentales. Deja huellas en la historia y en la memoria a modo de restos,
de fragmentos, que con el paso del tiempo dan cuenta de la vida, de las
guerras, de las hambrunas, de las formas de diversión y de los períodos
de crecimiento.
Recordemos las pinturas rupestres,*1El nacimiento de Venus, de Botticelli
(obra renacentista de 1482-1485), La tormenta en el mar de Galilea, de
* Las pinturas rupestres son las manifestaciones más antiguas de las que se tiene constancia,
ya que hay testimonios de hasta de cuarenta mil años de antigüedad, es decir, de la última
glaciación.
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Rembrandt (obra barroca de 1633), El sueño de la razón produce monstruos,
de Goya (grabado, aguafuerte, de 1799), Un episodio de fiebre amarilla en
Buenos Aires, de Blanes (óleo sobre tela de 1871), entre muchas otras obras.
En Uruguay, hace algunos años, Margarte Whyte, una artista de gran
trayectoria, nos sorprendió con dos muestras. Una se tituló Hasta que
duela, exhibida en el Cabildo de Montevideo en 2001; la otra fue Cuerpos
atávicos, que en 2003 pasó a integrar la Colección Engelman Ost. En ellas
Whyte explora y se interroga acerca del olvido, de lo primigenio, del cuer-
po, en este caso de la mujer, pero que vale para el sujeto en general. ¿Qué
se espera de un sujeto, de su cuerpo, de su mente? ¿Cuál es la mirada de
reconocimiento? ¿De dónde viene? ¿Qué hará que la mirada interior sea
de difícil acceso?, ¿lo que hago, lo que tengo y lo que puedo o no?
Acercarnos a nuestro narcisismo y observar nuestras oscuridades
nos lleva a admitir, si estamos dispuestos, las falencias de cada quien, las
batallas a las que hacemos frente cada día. Se flaquea en tanto aparece lo
superficial como importante, lo obtenido materialmente es muy valioso
y reconocido casi como parte del ser. Lo tengo: soy, me reconozco y soy
mirado por otro con la misma condición.
Que el hacer en el arte siga teniendo un lugar para el sujeto como una
posibilidad me genera esperanzas.
LA DOBLE MIRADA
Mi doble vertiente, como psicoanalista y artista, me ha dado la po-
sibilidad de enriquecer cada mirada con la otra. Mientras una es, la otra
se enriquece, y así. Algo se impone a que ese engranaje funcione y vaya
aceitando ambas partes. Muchas veces, cuando estoy trabajando una
chapa o imprimiendo, pueden llegar a surgir ideas y descubrimientos
para mi trabajo como psicoanalista de mis pacientes. O cuando escribo.
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Creo que toda otra tarea que realizamos, además de la habitual, nos gene-
ra lazos con otras disciplinas o, más bien, hace crecer y potenciar nuestra
labor, a modo de lazos conectores que van generando fuerzas que hacen
transformar y enriquecer nuestra psique.
Tal vez es como dice Bollas (1991) acerca del objeto transformacio-
nal, sobre aquella experiencia subjetiva primera que el infante hace del
objeto primero, su madre. No voy a ahondar en este concepto, pero junto
con Winnicott (1979) ha desarrollado estos aspectos del objeto, las pri-
meras experiencias y el ambiente, y cómo la relación y el uso de estos
pueden hacer crecer o sumergir el vínculo con los otros.
Nuestro psiquismo puede sorprendernos en esas lides. Realizar algo
que nos provoca placer, como grabar, escribir, pintar, cocinar, cantar…,
no tendría por qué claudicar en su ejecución, sumergido en el silencio del
«no creo que pueda», «no hay tiempo», «no hay lugar», sino enlazarse
con nuestro oficio y, como una danza, acercar nuevas y enriquecedoras
posibilidades del hacer. Quizá baste con pensar qué hay en mí, además de
la profesión, el trabajo, el oficio, la familia, la pareja…
Poder despejar un tanto el camino que vamos trazando cuando el
malestar es intenso y los fantasmas acechan es una lucha librada entre
Eros y Thánatos. El psicoanálisis y el arte mucho pueden hacer para que
el vencedor sea Eros.
PARA FINALIZAR
Mucho queda por decir, escribir, porque todo lo que hace al humano
es vasto y complejo. En este breve escrito he intentado encontrar lazos
que acerquen a la expresión de los afectos que tenemos como sujetos.
Espero, también, que el lector pueda dar continuidad a lo leído y este
texto no solo quede en páginas pasadas.
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Seguir pensando y haciendo es tarea futura, así como lo es la incesan-
te búsqueda de lo individual y único.
§
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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BoCkememuHl, m. (2005). Rembrandt. Taschen.
BollaS, C. (1991). La sombra del objeto. Amorrortu.
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xiv, pp. 105-134). Amorrortu. (Trabajo original publicado en 1915).
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Amorrortu. (Trabajo original publicado en 1919).
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moliner, m. (1986). Diccionario de uso del español. Gredos.
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tulián, S. (2010). De lo sublimatorio y la creatividad. Letra Viva.
winniCott, d. w. (1979). Realidad y juego. Gedisa.
Una mirada posible. Un lazo entre el psicoanálisis y el arte
María Cecilia Romero Sállez